Diversos poblados de la región de Azuero han vuelto a realizar las tradicionales posadas navideñas, actividad que estuvo suspendida por dos años debido a la pandemia de Covid-19.
Sin embargo, a juicio de algunos moradores, las compras, fiestas y consumismo han acabado con esta tradición, en la que participan niños y adultos.
Años atrás, era común ver en barriadas, calles y poblados la procesión de pequeños y sus padres, cantando villancicos, vestidos de pastores con José y María adelante, simulando el camino que recorrieron antes del nacimiento de Jesús.
La catequista María Flores indicó que este pasaje permite a las familias recorrer este camino y las dificultades que vivieron los padres de Jesús, y a la vez, brinda un espacio de sano esparcimiento a los pequeños.
"Es una catequesis en las que se canta, se lee el pasaje bíblico, se comparte entre vecinos y además los niños se divierten", indicó
Sin embargo, son pocos los pueblos que mantienen las posadas navideñas, por lo que los moradores piden no dejar morir esta tradición.
Moradores consultados, indicaron que la situación económica y laboral de muchas personas tras la pandemia, ha impedido la organización de las posadas, ya que se requiere algunos implementos.
Entre ellos, panderetas, vestuario para los personajes, libros con la letra de los cánticos, entre otros, que a muchos les cuesta conseguir.
"Solo se requiere tener el ánimo y llevar a los niños, lo demás no es indispensable, si hay se usa y si no no pasa nada", opinó Mónica Pérez, organizadora de una posada navideña.